El verano es la estación definitoria del clima Mediterráneo. El Sol y la energía que transmite su radiación para mover la vida inciden en plenitud. Sin embargo, la escasez o práctica ausencia de humedad hace que el desarrollo vegetativo de la mayor parte de las especies vegetales se dificulte o se detenga. Primavera y otoño son los períodos del año donde la combinación temperatura-humedad resultan óptimas para la práctica totalidad del repertorio de plantas y animales que pueblan los campos. Fuera de ese marco temporal, la vida sólo es viable para los especialistas. Y en el caso del verano tremendamente cálido que domina nuestras latitudes, los cardos son protagonistas destacados. Otro ejemplo más de humildad y generosidad de la Naturaleza que no es bien entendida por los humanos
CARDOS Y CARDENCHAS, ESPECIALISTAS DEL VERANO MEDITERRÁNEO
Se llaman así, de forma genérica, a una amplia serie de plantas que tienen sus hojas transformadas en apéndices espinosos cuyo fin principal es el de regular la economía del agua reduciendo las pérdidas por transpiración. A eso unen procesos fisiológicos que les permiten sacar partido de la ausencia de otros competidores y desplegarse en plena floración. La práctica totalidad de estas plantas pertenece a la familia Asteráceas o Compuestas, con alguna representación destacada de Umbelíferas y alguna que otra familia menos común. Se suelen caracterizar por tener flores diminutas (flósculos), apenas vistosas, que se reúnen en grupos llamados inflorescencias. Tales agrupaciones reciben nombres técnicos distintos según su tipología. Así en el caso de las Asteráceas se trata de un espacio de forma discoidal más o menos aplanado (receptáculo) envuelto por una serie de hojas transformadas de distinto tipo según la especie (involucro), estas flores pueden ser tubulares (desnudas) o tener una extensión alargada que presenta color y forma de pétalo (lígula). En el caso de las Umbelíferas la inflorescencia es una agrupación dispuesta de forma radial que parte de un mismo punto. Los radios de la umbela pueden ser más o menos largos, lo que da a la forma resultante distintos nombres. Umbela si los radios son iguales, Corimbo si son desiguales y presenta una superficie aplanada o Cabezuela si los radios no existen.
Generalmente ocupan herbazales situados en emplazamientos ruderales o degradadas por exceso de interacción humana. Ello, unido a su espinoso armazón las ha provisto de mala consideración y son tratadas como rechazos y malas hierbas. El trato más usual a que son sometidas es el de la corta y eliminación, si antes de ello no han sido rociadas con herbicida. Sin embargo, frente a la aparente sensación de marginalidad y aspereza que da su carácter espinoso, son actores fundamentales en el escenario de verano para el mantenimiento de los insectos. Sus flores son nectaríferas y se reúnen en agrupaciones numerosas, con lo que cada una de sus inflorescencias resulta ser una fuente de provisión para los insectos libadores o comedores de flores. Así pues, habría que considerarles como oasis en el gran desierto pardo del estío mediterráneo. Funcionan como estaciones de servicio para los insectos donde pueden repostar y buscar avituallamiento. La movilidad voladora de los hexápodos no les limita del agua y en este tiempo tienen su mejor época de desarrollo con el calor. stas estaciones intermedias (stepped stones) son indispensables para el ciclo de especies migratorias. Entre ellas podemos presumir de tener la mariposa más viajera del mundo, la señorita pintada (Vanessa cardui L., 1758) que viaja desde el Sahel africano, al sur del Sáhara hasta la Península Escandinava, recorriendo más de 7000 km (Stefanescu et al., 2012).
De este modo, mariposas, abejas, abejorros, avispas, moscas, escarabajos y otros muchos órdenes de insectos beneficiosos para el hombre pueden sobrevivir la gran regresión floral que se produce tras la primavera y seguir manteniendo sus ciclos vitales hasta que llega el parón invernal por falta de energía luminosa. La sequía (y sus consecuencias) es uno de los factores que disminuyen la diversidad de mariposas, por ejemplo, en el ámbito de la cuenca mediterránea (Stefanescu et al., 2004).
Es este otro ejemplo más de que en cuestiones de biodiversidad, de vida salvaje, cada elemento es una pieza dentro de un complejo sistema que funciona como un mecanismo precisado de todas y cada una de sus piezas. Las intromisiones que el ser humano hace en él, transgreden el Tercer Principio de la Termodinámica (todo sistema tiende a la máxima entropía) y por ello requieren de grandes cantidades de energía para su mantenimiento. Mantener por tanto la diversidad natural con los elementos que nos presentan espontáneamente, es por tanto una forma de ahorrar energía y consecuentemente, un ahorro de dinero. Los cambios de uso tradicional que se vienen haciendo de forma repentina en el medio agrario también tienen incidencia porque muchos sistemas agrícolas y ganaderos viven en sintonía con la biodiversidad con la que han ido evolucionando y su abandono o transformación supone una pérdida de biodiversidad (Dover et al.; 2011)
Referencias:
Dover, J. W. ; Rescia, A.; Fungariño, S; Fairburn, J; Carey, P.; Lunt, P.; Arnot, C.; Dennis, R.L.H.; Dover, C. J. (2011).- Land-use, environment, and their impact on butterfly populations in a mountainous pastoral landscape: individual species distribution and abundance. Journal Insect Convervation, 15: 207-220.
Stefanescu, C.; Herrando, S.; Páramo, F. (2004).- Butterfly species richness in the north-west Mediterranean Basin: the role of natural and human-induced factors. Journal of Biogeography: 31: 905-915
Stefanescu, C.; Páramo, F.; Åkesson, S.; Alarcón, M.; Ávila, Anna, Brereton, T.; Carnicer, J.; Cassar, L.F.; Fox, R.; Heliölä, J., Hill, J.K.; Hirneisen, N.; Kjellén, N.; Kühn, E., Kuussaari, M.; Leskinen, M.; Liechti, F.; Muxhe, M.; Regan, E.C.; Reynolds, D.R.; Roy, D.B.; Ryrholm, N., Schmalhohann, H.; Settele, J.; Thomas, C.D.; van Swaay, C.; Chapman, J. (2012).- Multi-generational long-distance migration of insects: studying the painted lady butterfly in the Western Palaeartic. Ecography, 35: 001-014
Antonio Pulido Pastor
Asociación Forestal Andaluza
Las cardenchas se llaman así porque las cabezuelas pinchosas se utilizaban para peinar la lana (cardar).
Me agrada observar la disposición tan simétrica, apretada y matemática de sus espinas, la cazoleta que forman las hojas supongo que para retener agua y, sobre todo, es un lujo verlas cubiertas de jilgueros alimentándose de sus semillas en pleno invierno.
Aquí, en Abejar, Soria, se echa herbicida y se siega continuamente, de forma obsesiva. Parece mentira que con tanta información los ayuntamientos aún mantengan estas prácticas. ¡Tienen una reserva de mariposas y echan herbicidas! Supongo que es obligación de las mariposas leer el Boletín Oficial de la Provincia y enterarse del plan urbanístico que marca las fronteras entre la zona urbana y la rústica. Si entran en el pueblo y se envenenan es su problema, por mariposas irresponsables.
No se respeta la Flora ni la Fauna y no es por simple ignorancia, es por indiferencia que es peor.
Los veranos de la altiplanicie castellana algo diferentes a los de estas bajuras del sur. Menor altitud y latitud inflingen veranos más largos y calurosos. Por ende, mayor tiempo de rigor estival y duración del mismo. Estas plantas deben florecer supongo que en modo especialista adaptadas a la menor disponibilidad de humedad. Y además, el néctar de sus flósculos tubulares debe tener una especial potencia de flujo y atracción para los insectos. Se convierten así en plataformas de manjares disponibles para sostener el ejército de insectos polinizadores que en primavera atienden nuestras necesidades frutales y de posterior cosecha. Es importante que aprendamos a entender las relaciones y los equilibrios biológicos, de los que tanto depende el de nuestra propia especie.
Hace poco menos de un mes, visité el valle de Tena en el Pirineo Aragonés, sus Ibones (lagos de origen glaciar) y cascadas. Antes de acceder a los paisajes acuosos de la alta montaña, atravesamos campos de lirios y cardos violetas (investigando supe que son Carduus Carlinoides) plagados de mariposas y abejorros. Era tal la fiesta y el alboroto (las primeras en silencioso alborozo y los segundos en grave zumbido) que no tuve por menos maravillarme y grabar el espectáculo!!!
Ahora me encuentro con éste artículo, que me hace comprender aún más la fiesta que estaba observando y la importancia del banquete de color, sonido y tacto del que estaba siendo testigo!
Gracias por alumbrar sobre aquello que contribuye al equilibrio de la vida!
Es exactamente así, María. Como he comentado más arriba, existen ciertas diferencias «veraniles» entre aquellas latitudes vuestras y estas nuestras. La diferencia básica está en la mayor necesidad de estos oasis de néctar y polen para los insectos en las tierras del sur. Pero el papel básico y la relación esencial viene a ser la misma en tantos ambientes como se repita la escena. Y en todas es igual de necesaria porque las interacciones a lo largo del tiempo han moldeado la consecuente adaptación hasta el encaje perfecto ensamblado en el mecanismo de la dinámica trófica particular. Muchas gracias por contribuir con vuestros comentarios a que esta revista se convierta en un foro locuaz, entretenido y didáctico.